A todos nos gusta comer, pero no es lo mismo zamparse el menú de un restaurante con la televisión de fondo a todo trapo que deleitarse con las exquisiteces de un establecimiento gourmet. Hasta aquí todos estamos de acuerdo. Pues aplicado en este caso a los hombres, ocurre lo mismo. Es bastante difícil encontrar un espécimen que asegure que no le guste recibir este tipo de estimulación. Pero hay formas de conseguir que además de que guste, entusiasme.
Una cuestión de actitud
No se trata únicamente de hacerlo, sino de disfrutarlo y transmitir ese deleite. En muchas ocasiones, el delicioso se utiliza para estimular a la otra persona y después pasar ala. Cambia de chip y conviértelo en un fin en sí mismo. Y, sobre todo, pásatelo bien haciéndolo. Observa la cara y las reacciones de la otra persona. Ese contacto visual resultará muy placentero para ambos. Puedes recogerte el cabello, para que él pueda disfrutar mejor del espectáculo.
No tengas prisa
Haz que desee el momento. Acércate a tu objetivo y desvíate de él para volver a aproximarte de nuevo hasta que el juego sea insostenible.
La piruleta
Recorre esa parte de su anatomía de arriba abajo. Presta especial atención a la línea longitudinal que está en la mitad. Notarás que es una parte con una textura un poco diferente, es la unión de dos partes donde las terminaciones nerviosas son especialmente sensibles.
Cada hombre es diferente
En general, la sensibilidad está en el glande, por lo que es ahí donde deberías concentrar la acción. Sin embargo, hay hombres a los que les da más sentir más profundidad. Dependiendo de tus preferencias y sin forzarte a nada que no te apetezca, ve probando para saber cuáles son sus gustos.
No te olvides de los alrededores
Está claro donde se concentra la mayor parte de la acción. Pero también deberías tener en cuenta ciertas subtramas, para que tu película concluya con un final feliz. Tus manos pueden acariciar sensualmente todo como su perineo (la sensible piel que recorre el camino que separa el escroto del ano). Prueba a hacerlo con las yemas o incluso suavemente con las uñas.
Añade frescor
Cuentan que uno de los trucos que empleaban las geishas para enloquecer a sus parejas era ingerir una infusión de menta antes de proceder.. Tú puedes conseguir el mismo efecto tomando un caramelo de menta mientras practicas ese tipo de caricias. La sensación de frescor intensificará la experiencia.
Cuestión de coordinación
Emplea las manos y la boca a la vez, para procurarle una sensación más placentera. Para ello, deberás coordinar los movimientos y ejercer cierta presión con la mano. También será necesario que tu mano esté un poco humedad, así que ensalívala un poco antes. Ten en cuenta, además, que si tú estás sujetando con la mano, tienes el control de la situación y podrás controlar mejor hasta qué profundidad quieres llegar.
Evita…
Lo más importante es que en el ‘fragor de la batalla’ no se te escape alguna dentallada. Eso, además de poder resultar doloroso, hace que tu pareja no pueda sentirse relajado. Lo de soplar cerca de la punta tampoco resulta especialmente placentero para la mayoría de los hombres.
Sigue, sigue y sigue
Cuando has encontrado el momento de máxima , es cuando tienes que darlo todo y seguir sin variar el movimiento. Ayúdate con las manos si así puedes mantener la misma cadencia del movimiento. Una mirada sensual en ese momento, puede desencadenada.
fi